Sesiones de escucha en mi coche

Una lista compuesta por cuatro álbumes pensados para viajar hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales.

Sobre la playlist

El trabajo de Laura Llaneli explora las condiciones en las que escuchamos y junto a quién lo hacemos. A través de los años, sus ‘sesiones de escucha’ se han ido desarrollando en la intimidad de una pequeña audiencia, ya sea en su habitación con un tocadiscos o en una azotea con altavoces. Cuando le propuse a Laura participar en Playlist Curada me contó de un proyecto que quería realizar: compartir intereses musicales con amigxs, pero esta vez dentro de su coche. La idea era invitar a cuatro personas a elegir cada una un álbum de no más de una hora de duración y hacer un trayecto hacia el norte, otro hacia el oeste, uno más hacia al sur y, al final, al este. Un roadtrip sin destino fijo, más allá de los puntos cardinales.

El resultado de sesiones de escucha en mi coche se resume en esta lista con cuatro álbumes pensados para cada dirección.

Un roadtrip sin destino fijo (más allá de los puntos cardinales)

En un e-mail, Laura nos asignó a cada quien un punto cardinal. Cada persona eligió un álbum de no más de una hora de duración para hacer un trayecto primero hacia el norte, luego al oeste, después al sur y, al final, al este.

Pep Vidal

Norte

Joana Hurtado

Oeste

Gris García

Sur

Laura Llaneli

Este

El domingo 28 de julio de 2024 quedamos en la estación de tren de Sant Cugat.

A las 9:15h, Joana Hurtado, Pep Vidal, Laura Llaneli y yo (Gris García) abordamos el coche y partimos.

Mataró y el magnético polo norte

42 minutos al norte

Pep fue el primero, tiró una moneda al aire para decidir entre dos álbumes sin decirnos los títulos. La suerte eligió Capacity, un álbum de 2017 de Big Thief; un disco que habla sobre el norte y el error: debido a la geografía de Barcelona y sus carreteras, ir propiamente al norte no es posible.

Aunque la brújula señale al norte, hay una especie de imposibilidad en el recorrido. A Pep siempre le ha obsesionado que la brújula apunte en esa dirección. Antes había planeado un proyecto titulado Following the (Magnetic) North Pole con la intención de seguir la brújula desde Canadá hacia Rusia. “Siempre me quedará esa idea del norte, de ir allá, a perseguirlo. La pregunta es: ¿qué música me pondría si finalmente pudiera ir?”

Hay música que acompaña rumbos.

Pacas de paja camino a vic

57 minutos al oeste

Después fue el turno de Joana Hurtado. Con la típica idea del Far West en mente, al puro estilo de Ennio Morricone, Joana se inclinó por una banda de Los Ángeles llamada Eels. En concreto, eligió el álbum Tomorrow Morning, un disco lleno de matices y sonidos que, según nos dijo, no se apreciaban igual en el coche que con los cascos.

Nuestra experiencia sonora se transformaba con el movimiento. Desde la ventanilla, se observaban una serie de cerros con cimas planas en lugar de crestas y rollos de paja que parecían salidos de California, coincidiendo con los acordes de la guitarra al ritmo de I like the way this is going.

Sin duda, hay paisajes que son canciones.

Cumbias tex-mex hacia Igualada

52 minutos al sur

La tercera en compartir álbum fui yo (Gris). Pensar en un viaje en carretera hacia el sur me llevó inevitablemente a Selena, mi ídola de infancia quien me acompañó en los trayectos de vuelta a México, después de visitar a mi familia en Texas. Selena —hija de un mexicano y de una mujer cherokee— fue pionera de la cumbia Tex-Mex, un género musical que lleva un guión al medio, como el río Bravo que nos divide. Su último Live fue grabado en 1994 en Houston, una ciudad a la que ella siempre añadía “México” en cada saludo: “gracias a nuestros hermanos de Houston, Texas-México”. Al ritmo de “La carcacha” y “Como la flor”, aparecieron las montañas de Montserrat, un paisaje similar a cuando el Cerro de la Silla se asomaba a mi llegada a Monterrey.

También hay álbumes que son paisajes.

Rock progresivo y flamenco de vuelta a Sant Cugat

60 minutos al este

El trayecto final fue hacia el este. Laura nos compartió su elección, Omega, un disco de Enrique Morente que une dos estilos musicales que ella siempre deseó fusionar: el rock progresivo y el flamenco. Un álbum que Laura entendía como “oscuro” ante la melancolía de sus canciones y la intensidad de sus sonidos, los cuales cuadraban perfecto para atravesar los túneles de la carretera junto a la guitarra eléctrica y el denso cantar de Morente.

La piel se nos ponía chinita con el Poema para los muertos y su voz que alargaba el aliento lo más que podía en un trayecto que llegaba a su fin. Hay voces que nos llevan de vuelta.